La Ermita de la Virgen de la Ermitana en Peñíscola

Ermita de la Virgen de la Ermitana

Peñíscola es sin duda una de las capitales turísticas de la región valenciana. Situada en pleno corazón de la Costa del Azahar, su imagen es una de las postales más conocidas del verano español. Asentada sobre un promontorio rocoso, quién no ha visto alguna vez la clásica foto con el castillo.

Pero no solo es esta fortaleza templaria del siglo XIV el único gran atractivo de la ciudad. Si tenéis reservados vuestros hoteles en Peñíscola a precios anticrisis, debéis pasear por su centro histórico para conocer monumentos como la Iglesia del Perpetuo Socorro, la Torre Badum o la Ermita de la Virgen de la Ermitana.

Precisamente esta última la podéis visitar cuando vayáis a ver el castillo, ya que está adosada a él. Fue construida a principios del siglo XVIII en estilo barroco y destaca especialmente por su cúpula revestida de azulejos multicolores, y que puede verse casi desde cualquier punto de la ciudad.

La Golondrina, excursión en barco en Peñiscola

La imagen de Peñíscola y su castillo es una de las más conocidas de la Costa del Azahar. Turísticamente hablando pocos lugares como este, especialmente en verano. Situada 75 kilómetros al norte de Castellón, en la comarca del Bajo Maestrazgo, seguro que ya son muchos los turistas que tienen pensado pasar sus vacaciones por estos lares.

Además de sus playas, son muchas las actividades que pueden hacerse aquí. Subir al castillo del siglo XIV y contemplar unas maravillosas vistas, pasear por el recinto de sus murallas medievales y por el centro histórico y, porqué no, dar una pequeña vuelta en barco por la bahía.

Esto último lo podéis hacer a bordo de la Golondrina, un barco que hace excursiones por el mar y que nos permite ver la ciudad desde otro punto de vista. Porque su casco antiguo tiene una parte marítima que debemos apreciar. Si tenéis reservados vuestros hoteles en Peñíscola a buen precio os recomiendo subir a la Golondrina.

Montanejos, fuentes termales en Castellón

 

Hay que bordear el Parque Natural de la Sierra de Espadán, en la provincia de Castellón, para, unos kilómetros más adelante, llegar hasta el pueblo de Montanejos. Situado en la comarca del Alto Mijares, a mitad de camino entre la propia Castellón y Teruel, apenas cuenta con algo más de 600 habitantes.

Pero, ¿porqué elegimos hoy esta villa?. Pues sencillamente por sus magníficos y espectaculares paisajes y por ser uno de los enclaves balneario más interesantes de la Comunidad Valenciana. Si estáis buscando para vuestras vacaciones algunas ofertas de wellnes, Montanejos bien puede ser una excelente elección.

Montanejos ofrece el atractivo de sus pequeñas casas encaladas de origen árabe y su paisaje montañoso, en el que podemos practicar diferentes actividades. Hasta aquí llegan muchos turistas amantes de la escalada, la espeleología, el senderismo, la naturaleza, el puenting o el turismo saludable para disfrutar de las excelencias del pueblo. Un Groupon de actividades de ocio al por mayor, ¿no?.

La ciudad medieval de Castellón

Visitar Castellón es como retroceder en el tiempo. Este pequeño pueblo está construido sobre una roca con vistas al mar Mediterráneo desde una altura de 1,072 metros sobre el nivel del mar donde el impresionante Castillo se encuentra en la cima de la colina, y el pueblo está rodeado por una antigua muralla.

Castellón es una ciudad histórica que se remonta a la época medieval (siglo 13). El casco antiguo alrededor de la Plaza Mayor, la Plaza de Santa Clara y la Plaza de la Pescadería tiene muchos edificios antiguos. Sin duda que es una buena opción de viaje por lo que los vuelos low cost está alcance de su mouse para encontrar las ofertas de temporada.

La Torre Badum en Peñíscola

De sobra son conocidos los constantes escarceos que los piratas berberiscos realizaban por las costas del Mediterráneo. Tanto el Levante español como las Baleares eran pasto de los ataques de estos corsarios que llegaban a sus costas con el firme propósito de saquear pueblos y ciudades.

Es por lo que la línea de costa mediterránea conserva hoy en día una gran cantidad de baluartes, castillos y torres defensivas y de vigilancia, que intentaban mantener a raya las incursiones piratas. Hoy nos situamos a las afueras de Peñíscola, a unos seis kilómetros, para visitar una de estas torres vigías. Se trata de la Torre Badum, que veremos en la costa del Parque Natural Sierra de Irta, muy cerca del mar.

Si tenéis vuestros hoteles en Peñíscola y queréis hacer un pequeño recorrido en coche por la línea de la costa daréis con esta torre. Es muy fácil divisarla ya que se halla en la cima de unos acantilados, en el camino principal que sale de Peñíscola y se adentra en el Parque Natural Sierra de Irta.

El Castillo de Oropesa del Mar en Castellón

Aunque a todos Oropesa del Mar nos suena sobre todo por ser uno de los principales destinos de verano para muchos turistas, esta ciudad castellonense tiene una historia que hunde sus raíces mucho más allá. Buena prueba de ello nos lo ofrecen muchos de sus monumentos más significativos, entre los que destacamos el Castillo de Oropesa (ojo, no confundir con el Castillo de Oropesa, en Castilla-La Mancha)

Cualquiera que sea el lugar donde tengáis vuestros hoteles en Oropesa, veréis la imponente figura del castillo sobre la colina que domina la ciudad. Como ciudad costera mediterránea, Oropesa y toda esta franja de costa necesitaban de un sistema defensivo que la intentase aislar, en la medida de lo posible, de los constantes ataques y saqueos de los piratas berberiscos.

Sin embargo, la historia de este castillo viene de mucho tiempo atrás, ya que su origen es musulmán. No se conoce exactamente la fecha de su construcción, pero debió ser anterior a 1223, año en el que los cristianos reconquistaron la ciudad, pasando el castillo a la Orden del Temple. Antes de ello, en el año 1090, ya estuvo por aquí el Cid Campeador.

Burriana, playas e historia en Castellón

Muy pocos kilómetros al sur de Castellón nos situamos hoy, concretamente para visitar la ciudad de Burriana. Rodeada de un paisaje de campos de naranjos, y con la vista puesta en el Mar Mediterráneo que se extiende ante sus pies, Burriana es turismo de playa, ocio, museos e historia. Porque son muchas las actividades que podemos hacer aquí.

Tanto si estáis alojados en Castellón, como si tenéis vuestros hoteles en Benicasim, a Burriana la tenéis a menos de treinta minutos hacia el sur. Sus quince kilómetros de costa son atractivos más que suficientes para darnos una escapada. La Playa del Arenal es posiblemente el principal aliciente, lo mismo que su puerto deportivo. Ni que decir tiene que el ambiente que se vive durante la temporada veraniega es mucho mayor que en el resto del año.

Fundada por los árabes en el siglo IX, si visitamos el centro histórico de Burriana nos encontraremos especialmente con su Iglesia Parroquial de El Salvador, construida en el siglo XIII, aunque su torre campanario data del XV. Declarada en 1969 Monumento Histórico Artístico Nacional, es sin duda alguna el edificio más importante de la ciudad.

El Castillo de Peñíscola

Muchos se traen en la memoria la estampa de una ciudad de playas, hoteles y buen ambiente. No es para menos, pues Peñíscola es uno de los grandes destinos turísticos del verano. Sin embargo, desde muchos siglos antes que aquí se pensara en ser un icono de la temporada estival, ya el horizonte de la ciudad estaba dominado por la imponente figura de su castillo.

Si tenéis pensado reservar vuestros hoteles en Peñíscola, seguro que desde cualquier punto de la misma veréis el sólido pñasco sobre el que se asiente la antigua fortaleza. Cuenta la historia que este castillo ha sido, junto al Vaticano y el Palacio de los Papas de Avignon, el único lugar que ha sido Sede Pontificia, hecho que por sí solo ya le hace merecedor de una visita detallada.

Se comenzó a construir a finales del siglo XIII, y apenas se tardaron doce años en concluir las obras. Fueron los caballeros templarios los que corrieron con los gastos, lo que, gracias a sus ingentes recursos económicos en la época, propició que se tardara relativamente poco en la construcción.

Segorbe, un viaje medieval en Castellón

El enclave natural en el que se encuentra el pueblo de Segorbe podríamos decir que es único. Anda como cogido por ambas manos del Parque Natural de la Serra d’Espadá a un lado, y del Parque Natural de la Serra Calderona al otro. Apenas a unos sesenta kilómetros al oeste de Castellón, Segorbe es la capital de la comarca del Alto Palancia, un rincón que, tanto en invierno como en verano, tiene muchas cosas que ofrecernos.

Si tenéis reservados vuestros hoteles en Castellón, os recomendaría una pequeña excursión hasta Segorbe. Porque además del hermoso entorno verde que la rodea, Segorbe alberga en sus entrañas un fascinante entramado medieval de arcos, torreones, castillos y callejuelas empedradas. Sería como hacer una pequeña excursión a través de los siglos hasta encontrarnos con el oasis de la Edad Media.

No en vano su centro histórico está declarado Bien de Interés Cultural por el gobierno valenciano desde el año 2000. Nuestra primera parada nos llevará hasta la Catedral de Segorbe, construida entre los siglos XIV y XVI sobre la antigua mezquita. Dentro de ella, concretamente en la zona del claustro, tenemos que visitar el Museo Catedralicio, también de gran valor y que alberga una muy interesante colección de tablas medievales.

Vilafamés, turismo de piedra en Castellón

Apenas a unos 28 kilómetros al norte de Castellón se halla uno de esos pueblos que os animaría constantemente a conocer. Se trata de Vilafamés, situado en la comarca de la Plana Alta, un enclave estupendo para venir tanto a apreciar la costa como la montaña, un destino único para los meses de invierno y de verano.

Si tenéis reservados vuestros hoteles en Castellón, os animo a pasaros por Vilafamés. Me llamó la atención al verlo en un folleto de la oficina de turismo que lo definía como un pueblo que podría haber sido diseñado por Walt Disney. Siendo esto así, a uno le entra un poco la curiosidad por visitarlo, ¿verdad?.

Vilafamés nos recibe ya desde la distancia, con su castillo del siglo XIII encaramado sobre una colina. A sus pies crece un enjambre de casas blancas, una laberinto de estreclas y sinuosas callejuelas de piedra, que alberga la Roca Grossa, uno de los símbolos de Vilafamés. Se trata de una montaña de piedra de color rojizo de la que, cuenta la leyenda, al tocarla hay que pronunciar tres deseos para que al menos uno se cumpla.