Jamás hubiera pensado que en unas vacaciones de verano en Menorca pudiera probar uno de los mejores quesos que he comido nunca. Antes que nada tengo que deciros que soy un enamorado de los quesos, y ya había probado muchísimos antes que este. Pero que el tuve la suerte de comer en Alaior, en el centro de la isla de Menorca, es único.
Los quesos menorquines tienen cuatro variedades: tierno, semi-curado, curado y añejo. Quizás sea un poco caro, pero merece mucho la pena traerse un buen queso menorquín de vuestras vacaciones, o sentaros en algunas de las tabernas de Alaior y pedir una tapa. Hay muchos vuelos baratos que os pueden llevar a Menorca, por eso no hay problema.
Nosotros tuvimos la suerte de coincidir en Alaior con la Festa de San Llorenc, que tiene lugar el segundo fin de semana de agosto, con sus caballos y sus productos locales. Alaior es un precioso pueblo menorquín situado en una colina. Sus casas de color blanco reluciente parecen sorprenderse al amparo de la imponente Iglesia de Santa Eulalia, patrona de la ciudad, que se yergue sobre la población.