Castillo de Zamora, pasado y arte

Zamora es la típica capital de provincia que a priori no tiene gran interés por su ubicación. Sin embargo, esta concepción es totalmente falsa. Es un buen lugar para pasar el fin de semana y además se puede acceder a ella fácilmente a través de uno de los viajes baratos que aterrizan en Valladolid o Salamanca, pues desde el primero tan sólo tardaremos aproximadamente hora y media y desde Salamanca una hora y poco más.

Seguramente el gran atractivo turístico de Zamora es su Castillo. Una vez se concluyeron los trabajos de recuperación y restauración del monumento, donde se recuperaron las estructuras defensivas, Zamora abrió no hace mucho definitivamente su Castillo.

Es un lugar testimonio de la historia, una zona donde aprender, mirarse hacia uno mismo, hacia el pasado, hacia los alrededores y hacia alrededor de uno, así como hacia el futuro de la misma ciudad.

El Lago de Sanabria en Zamora

Lago de Sanabria

Cuentan una leyenda sobre la formación del Lago de Sanabria en Zamora. En realidad se formó por la acción glacial, pero para darle más colorido nos hacemos eco de la leyenda popular.

Dicen que llegó un hombre, en un día de frío invernal, hasta el pueblo de Valverde de Lucerna. Estaba muerto de hambre, y pidió algo de comer, pero nadie en el pueblo quería saber nada de él, no querían tener a nadie así cerca. Tan sólo unas mujeres que trabajaban en la panadería cocieron algo de pan y se apiadaron de él.

El hombre, misterioso e intrigante, les rogó a las mujeres que se fueran a las colinas. Él, con su bastón, golpeó el suelo e hizo que todas las aguas subterráneas salieran a flote e inundaran el pueblo de Valverde de Lucerna, formando el Lago de Sanabria. Lo único que quedó fue el techo de la panadería, que hoy en día es la pequeña islita que se puede ver en el lago.

Zamora, la leyenda del románico

Zamora

Es un lujo que tenéis que aprovechar en la primera ocasión que tengáis. Pasear por Zamora, tan sencillo como eso. Una ciudad que guarda celosamente, y con el cariño de una madre, el primoroso pasado medieval que albergan unas piedras gastadas por el crujido del tiempo. Es imposible perderse en Zamora. Mejor dicho, cambiemos la frase. Perderse en Zamora es un imposible repiquetear de iglesias, castillos y palacios…

Zamora es deliciosa en todos los sentidos, incluso en el paladar y la gastronomía. Veréis museos de todo tipo, los más llamativos los que se centran en la historia y la cultura local de la ciudad. La imagen de postal que se nos quedará graba de nuestra visita a Zamora es la de su enorme Catedral, con su cúpula dorada y su hermosa torre de piedra colorida.

Fue levantada en un tiempo récord, entre 1151 y 1174. Cuando la veáis os preguntaréis cómo pudo haber sido construida en tan poco tiempo. Originalmente se elaboró en estilo románico, aunque hoy en día, la fachada principal es renacentista, y con mucha de su piedra preciosamente tallada.