La Torre Badum en Peñíscola

De sobra son conocidos los constantes escarceos que los piratas berberiscos realizaban por las costas del Mediterráneo. Tanto el Levante español como las Baleares eran pasto de los ataques de estos corsarios que llegaban a sus costas con el firme propósito de saquear pueblos y ciudades.

Es por lo que la línea de costa mediterránea conserva hoy en día una gran cantidad de baluartes, castillos y torres defensivas y de vigilancia, que intentaban mantener a raya las incursiones piratas. Hoy nos situamos a las afueras de Peñíscola, a unos seis kilómetros, para visitar una de estas torres vigías. Se trata de la Torre Badum, que veremos en la costa del Parque Natural Sierra de Irta, muy cerca del mar.

Si tenéis vuestros hoteles en Peñíscola y queréis hacer un pequeño recorrido en coche por la línea de la costa daréis con esta torre. Es muy fácil divisarla ya que se halla en la cima de unos acantilados, en el camino principal que sale de Peñíscola y se adentra en el Parque Natural Sierra de Irta.

De planta circular, fue construida en 1544 como atalaya de vigía. Precisamente, cuando subáis a ella, os daréis cuenta de las magníficas vistas que se tienen del Mediterráneo y, especialmente, de la ciudad de Peñiscola, en su vertiente sur, y su castillo. Su nombre significa en árabe fortín permamente, y hace alusión al hecho de que desde su posición hubiera que vigilar constantemente la costa ante los posibles ataques piratas.

Os propongo realizar una ruta senderista de apenas dos kilómetros para llegar a la torre. Al salir de Peñíscola hay que tomar la carretera asfaltada en dirección a Sierra del Irta y Calas del Pebret. A los cuatro kilómetros, esta carretera se desvía hacia la izquierda en un tramo de tierra, situado a solo dos kilómetros de la torre. Desde aquí podemos acercarnos a ella fácilmente en unos minutos.

Llevaros con vosotros la cámara de fotos porque junto a la torre, en la cima de los acantilados, se contempla una vista panorámica impresionante. Hace siglos tuvieron la certeza de que este lugar era una magnífica atalaya del Mediterráneo. A fe que hoy seguimos pensando lo mismo.

Foto Vía Agalpa

 

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