Apenas a 25 kilómetros de Palma de Mallorca, siguiendo la carretera del aeropuerto mallorquín, nos encontramos con el pueblo de Algaida. Un lugar muy típico y tranquilo, en el que destacan principalmente sus viejos molinos harineros, como si estuviéramos en pleno corazón de la Mancha.
Porque Algaida bien podría ser una de esas pequeñas excursiones para los turistas que llegan con sus cruceros hasta Palma de Mallorca. Son precisamente esos molinos, como el molí den Xina o el molí de carrer de Sa Quartera, los que le dan un aspecto peculiar, con sus aspas y todo su aparejo, a Algaida.
Si paseamos por el centro de Algaida su monumento más significativo es la Iglesia de Sant Pere i Sant Pau, construida entre los siglos XVI y XVII sobre los cimientos de un templo primitivo. Hay que destacar en su interior un magnífico retablo barroco, que alberga a la Virgen de la Mamella, una curiosa talla que da de mamar al Niño Jesús.