En lo alto de una montaña rocosa y rodeada de colinas amarillas, la ciudad medieval de Toledo es una de las más antiguas de la Península Ibérica. Siendo capital de la provincia homónima y perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha es un excelente destino si uno se encuentra en Madrid ya que solamente está ubicada a 71 km.
Cabe anotar que Toledo es conocida como «La Ciudad Imperial» al haber sido la sede de gobierno de la corte de Carlos I. Lo cierto es que se ha convertido en un lugar para visitaro durante un fin de semana, por ejemplo. A ello se suma que el visitate puede encontrar hoteles en Toledo a buen precio ubicados cerca de las principales atracciones turísticas.
Como la ciudad está a la vista, el horizonte está dominado por la poderosa fortaleza del Alcázar rodeado mezquitas, iglesias y sinagogas que se amontonan unos sobre otros entre estrechas callejuelas empedradas en un especie de laberinto arquitectónico que habla de su pasado árabe.
La colina de roca donde se asienta Toledo está rodeado por los tres lados por el río Tajo brindsando un panorama excepcional al visirante. Sobre sus orígenes, la ciudad de Toledo fue habitada en la prehistoria al existir un importante asentamiento ibérico cuando llegaron los romanos alrededor del año 200 AC.
Cuando los moros gobernaron España se practicaba la tolerancia religiosa inusual en Toledo, el cristianismo y el judaísmo eran tolerados, con el resultado de que hoy Toledo es una de las pocas ciudades en el mundo en el que es posible ver catedrales renacentistas, sinagogas y mezquitas.
Hay que agregar también que Toledo fue declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1987 por lo que es un placer para los turistas recorrer sus calles y conocer, por ejemplo, el Castillo de San Servando que se localiza junto a la ribera del río Tajo; la Catedral de Santa María que data del siglo XIII; la Puerta del Sol de estilo mudéjar construida en el siglo XIV o la Puerta de Alfonso VI.
Foto Vía tusviajes10
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