Recuerdo Medina Sidonia desde pequeño, cuando íbamos todos los domingos a comprar dulces. El olor de las pastelerías me trae el aroma de un laberinto de callejuelas y arcos medievales. Medina asomaba y asoma allá sobre el cerro del Castillo, vigilante perpetua de la Bahía de Cádiz, como símbolo de una excursión de sol y sabor.
Su historia hunde las raíces en los fenicios que, llegados desde Sidón, le dieron nombre. Más tarde pasaron por aquí los romanos, quienes la bautizaron como Assido Caesarina, y los musulmanes, los que definitivamente completaron el entramado lingüístico con el nombre de Medina.
Situada a unos 45 kilómetros de Cádiz, la capital de la comarca de la Janda es uno de los rincones con más historia de Andalucía. Hasta aquí se puede llegar fácilmente si reserváis vuestros vuelos baratos a Jerez, a media hora en coche de Medina. Reconquistada a los musulmanes por Alfonso X a mediados del siglo XIII, aún hoy conserva vestigios de aquella época medieval a la que debe su nombre. Por algo está considerada como Conjunto Histórico-Artístico.
Medina Sidonia es un perfecto laberinto de callejuelas empedradas y sinuosas. Típico pueblo andaluz, con sus blancas casas encaladas, sobresale por encima de sus tejados la silueta de la Iglesia de Santa María Coronada. Construida en el siglo XVI, es una de las iglesias más hermosas de la provincia de Cádiz. Destaca sobre todo por su interior, que alberga un retablo mayor catalogado como de los mejores de Andalucía.
Tras conocer el principal monumento de la población, hay que hacer un pequeño recorrido por sus empinadas callejuelas. La Iglesia de Santiago, en la plaza del mismo nombre, tiene su origen en una pequeña ermita del siglo XIV. Desde ella subimos la empinada calle de la Loba, que lleva a la Plaza de España y el Ayuntamiento del XVIII. Si bajamos por la calle Hércules daremos con el Convento de San Cristóbal y Santa Rita y su iglesia de mediados del XVII.
En este recorrido por el centro histórico daremos con el Arco de Belén, antiguo vestigio de las murallas musulmanas, además del Convento de Jesús, María y José, con su retablo de finales del XVII. Hay otra serie de puertas que recuerdan las viejas murallas, como la Puerta del Sol y el Arco de la Pastora, un precioso y casi único arco de herradura, el mejor ejemplo del pasado musulmán que vivió Medina Sidonia.
Foto Vía Opinión Málaga
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