Ruta turística por el interior de Gran Canaria

La mayoría de turistas que se van de vacaciones a Gran Canaria lo hacen atraídos por sus magníficas playas. Sin embargo, cada vez son más los que también buscan el interior de la isla para descubrir pueblos pintorescos, viejas tradiciones y el encanto de los primeros pobladores que llegaron por aquí.

Hoy os queremos recomendar una ruta por el interior de la isla de Gran Canaria. En ella visitaremos pueblos pintorescos e interesantes monumentos, lo que supondrá una magnífica alternativa para aquellos que quieran aprovechar sus vuelos baratos a Gran Canaria.

Podemos comenzar nuestra ruta en Firgas, pequeña población situada a solo veinte kilómetros al oeste de Las Palmas. En Gran Canarias es conocida como el balcón del Atlántico, además de contar con las mejores aguas minerales de la isla. Si visitáis el centro histórico de Firgas nada mejor que visitar la Iglesia de San Roque y el Molino del Conde, mientras que en sus alrededores merece la pena hacer un pequeño recorrido por el Parque Natural Monte Doramas.

De Firgas ponemos rumbo a Valleseco, apenas separados ambos por diez kilómetros. Resulta curioso que, con este nombre, sea uno de los pueblos más húmedos de la isla. Es interesante acercarse al Barranco de la Virgen, o quedarse en el centro histórico para ver la Iglesia de San Vicente Ferrer, construida en el siglo XIX, o la Iglesia del Zumacal.

Veinte kilómetros más al sur de Valleseco se sitúa Tejeda, uno de los pueblos más antiguos de la isla, ya que data del siglo XVI. Alrededor de su famosa caldera de Tejeda podemos ver el Roque Nublo y el Roque Bentayga, dos de las formaciones rocosas más conocidas de las Canarias. En Tejeda también se halla el Pinar de los Llanos de la Pez, uno de los centros de ocio y recreo de la naturaleza más importantes de Gran Canaria.

Más al sur de Tejeda encontramos el municipio de San Bartolomé de Tirajana, con su característico paisaje volcánico. El centro histórico de esta población cuenta con la iglesia parroquial del siglo XIX y, alrededor del pueblo, el Parque Natural de Pilancones, muy vistoso por su gran cantidad de aves.

Terminamos nuestra ruta en Santa Lucía de Tirajana, una población de pintorescas casas blancas sobre las que emerge la Iglesia de Santa Lucía, del siglo XX. Allí también podemos visitar el Museo de El Hao, mientras probamos el tradicional licor de mejunje.

Cualquiera de estos pequeños pueblos de la isla de Gran Canaria os resultarán más que interesantes. Así descubrimos un lugar diferente del que estamos acostumbrados a ver en las Canarias.

Foto Vía Tu Gran Canaria

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