Méntrida, excursión en la provincia de Toledo

Salíamos de Madrid camino de Talavera de la Reina cuando, apenas a 55 kilómetros de la capital de España y a poco de pasar Navalcarnero, llegamos al pueblo de Méntrida, situado ya en la provincia de Toledo.

Desde la misma carretera ya se divisan imponentes la torre de su Iglesia de San Sebastián Mártir. Méntrida fue fundada tras la reconquista cristiana, a finales del siglo XI, y os aseguro que fue una parada muy interesante en nuestro camino. Si tenéis reservados vuestros vuelos Madrid y queréis hacer alguna excursión por los alrededores de la capital, Méntrida es un buen destino.

Sin ir más lejos, su centro histórico está declarado Bien de Interés Cultural, y data sobre todo del siglo XIII. Su corazón se sitúa en la Plaza Mayor, de la que parten todas las calles del conjunto urbano. Desde allí hay que dirigirse en primer lugar a la Iglesia de San Sebastián, construida entre los siglos XV al XVII y que, desde 1982, es Monumento Histórico Artístico. Destaca junto a ella la preciosa torre del siglo XVI, la que se ve antes de llegar a Méntrida.

Si seguimos paseando por Méntrida nos encontraremos con el edificio del Ayuntamiento, construido en el siglo XVIII, el Pósito, también de la misma época y que hoy alberga la Casa de la Cultura, así como una serie de ermitas, destacando especialmente la Ermita de Nuestra Señora de la Natividad, del siglo XVII.

Nosotros tuvimos la suerte de llegar a Méntrida al mediodía, por lo que pudimos degustar algo de su gastronomía y, sobre todo, sus vinos, muy famosos por la zona. Precisamente cuentan con la denominación Méntrida, y surgió de las tinajas que se conservaban en las cuevas del Cerro del Castillejo. Los bares y tabernas del pueblo son estupendos para probar algunos de estos caldos.

Verano e invierno, cuando la nieve suele cubrir el pueblo, Méntrida es una magnífica opción para una excursión diferente. Un paseo por un pueblo tranquilo, acogedor, una sensación de turista rural, de los que gustan de encontrar pequeñas joyas en el camino. Así nos sentimos nosotros cuando disfrutamos unas horas de Méntrida.

Foto Vía Méntrida

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