La Iglesia del Crucifijo en Puente la Reina

A pesar de estar separadas por más de 700 kilómetros, la historia y la tradición han mantenido unidas desde siempre a las poblaciones de Santiago de Compostela y Puente la Reina, esta última en Navarra. Y todo porque el pueblo navarro es, desde hace siglos, encrucijada de caminos de aquellos peregrinos que buscan con ansia el sabor de las torres de la catedral compostelana.

Precisamente a la entrada de Puente la Reina se puede leer: «Y desde aquí todos los caminos a Santiago se hacen uno solo». Hay quien decide pasar por ella como tal, como peregrino, casi sin tiempo para disfrutarla. Si es así, y vuestras vacaciones no os dan para más, hay dos detalles en Puente la Reina que no se han de pasar por alto: lo primero es cruzar su famoso puente medieval, al final de la Plaza Mayor, y lo segundo visitar la Iglesia del Crucifijo.

Y más si lo hacemos como peregrinos, aunque en el pueblo también encontremos la Iglesia de Santiago. El origen de la Iglesia del Crucifijo hay que buscarlo a mediados del siglo XII con la orden de los Templarios. No es una iglesia muy grande, ya que apenas dispone de dos naves (más reciente la de la zona norte, que data del siglo XIV), sin embargo resulta de una belleza y una espiritualidad de gran interés, especialmente cuando disfrutamos de su fachada del siglo XII.

Para disfrute de los peregrinos, la iglesia suele estar siempre abierta, por lo que se puede visitar fácilmente. En su interior, además de los múltiples detalles de su arquitectura, os llamará rápidamente la atención el impresionante Crucificado que da nombre al templo, tallado a mediados del siglo XIV. Dicen de él que es una de las mejores obras de imaginería gótica que pueden verse en España, además de ser portador de innumerables leyendas.

Una de esas leyendas revela que el crucificado fue donado al templo por unos peregrinos alemanes quienes, agradecidos por el trato recibido en el hospital de peregrinos, quisieron entregar la talla.

Lo que está claro es que, tanto como peregrinos como turistas, la Iglesia del Crucifijo, a pesar de no ser un templo de grandes dimensiones, sí que despierta una enorme curiosidad que debéis satisfacer.

Foto Vía Humeau

 

 

 

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