Seguro que si hacemos una pequeña lista con los monumentos y rincones más significativos de Sevilla no faltan lugares como la Giralda, la Torre del Oro, la Catedral, los barrios de Triana y Santa Cruz… Pero, como toda gran ciudad que se precie, Sevilla es mucho más y guarda en sus entrañas algunas pequeñas joyas que, por ser menos conocidas, no quiere decir que no merezcan un lugar privilegiado.
De entre todas esas pequeñas joyas hoy me quedo con el Hospital de la Caridad. Lo podemos encontrar en el popular barrio del Arenal, a solo unos pasos de la Plaza de Toros de la Maestranza y la Torre del Oro, visitas imprescindibles si tenéis reservados vuestros vuelos de bajo coste a Sevilla. Un edificio barroco, del mejor barroco sevillano para más señas, que alberga una numerosa colección de obras de arte, además de una magnífica iglesia.
Fue construido en el siglo XVII y presenta una hermosa fachada de estilo renacentista, muy llamativa, con algunos azulejos, muy propio de la decoración sevillana. El interior, como os decimos, recoge una muestra estupenda de obras pictóricas y escultóricas, destacando un Cristo de Pedro Roldán, los azulejos holandeses del siglo XVII que podemos ver en el patio y los cuadros de Valdés Leal.