Caballos, buen vino y arte flamenco. Son tres atractivos naturales y milenarios de una ciudad como Jerez de la Frontera, tres atractivos que le dan nombre pero que sólo hacen realzar lo que ya de por sí es Jerez. Ciudad con encanto, moderna, medieval, ciudad en la que disfrutar en su Feria del Caballo o en su Semana Santa.

Es muy fácil llegar a Jerez desde cualquier punto. Nosotros os recomendamos que tengáis en cuenta la gran cantidad de vuelos baratos a Jerez que hay. Porque Jerez es solera y compás. Es difícil no perderse por el bullicio flamenco de barrios como el de Santiago o el de la Plazuela, mitos del cante por bulerías y el taconeo por lo que haga falta.

Calle Medina arriba, nos adentramos en el centro histórico de la ciudad, después de dejar atrás la Plaza de las Angustias y la iglesia del mismo nombre. Al final de la primera calle la fachada del Teatro Villamarta, y un poco más adelante la Rotonda de los Casinos da paso a la calle Larga, calle principal de tiendas, comercios y bancos, completamente peatonal.

Hacia un lado de la calle podemos desembocar en la Plaza del Arenal, antiguo arenal donde se realizaban carreras de caballos, y que hoy nos recibe en su centro con la estatua ecuestre de Miguel Primo de Rivera. Desde allí se puede callejear por la calle Consistorio, y Playa de la Yerba, para llegar a la Iglesia de la Asunción, la más antigua de la ciudad.

Desde esta plaza se divisa al fondo, bajando la cuesta de Jose Luis Díez, la figura de la Catedral de Jerez, y su minarete al lado. Podemos bajar y contemplarla, desde la Calzada del Arroyo, subiendo luego la cuesta del Espíritu Santo, para dejarnos embelesar por el Alcázar de la ciudad, con el bastión de su Torre del Homenaje rasgando el cielo jerezano.

Hacia el otro lado de la anterior calle Larga podemos dirigirnos hacia la Alameda Cristina y el Mamelón, donde se halla la Iglesia de Santo Domingo, o bien continuar por la calle Porvera, completamente techada con las ramas de los árboles, y visitar la Iglesia de Santiago.

Hay tantos recorridos por hacer en Jerez de la Frontera, que sin duda nos faltaría espacio. Ni que decir tiene que una visita a sus bodegas es fundamental, lo mismo que a la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, o museos como el Museo de los Relojes.

Arte y compás, caballos y buen vino, Jerez entronca sus raíces con las palmas por bulerías y la emoción de lo bien hecho. Nada más que hay que darse una vuelta por sus calles para reconocerlo y saborearlo. ¿Y de sabores?. Irse de tapas por Jerez, veréis qué maravilla.

Foto Vía Gaizka Portillo

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