Ibahernando, pequeña excursión en Cáceres

Ibahernando

Recuerdo que en un pequeño viaje barato por tierras extremeñas llevé conmigo el libro «Soldados de Salamina». Siempre procuro acompañarme de una buena lectura cuando voy de ruta, para así hacer más amena la espera de llegar a los destinos señalados. Además, como sucedió en esta ocasión, los libros siempre te deparan algunas sorpresas.

Precisamente quería compartir con vosotros aquí en livingspain.es la que me tocó vivir. «Soldados de Salamina» fue el libro que nos dio a conocer al escritor Javier Cercas. Estando en un hotel de Trujillo el recepcionista, al ver mi libro, se acercó y me dijo:

– ¿Sabía usted que Javier Cercas es extremeño, de un pueblo que está aquí al lado, apenas a 15 kilómetros?

– No – le respondí – no lo sabía…

Al instante miré la cubierta del libro y pude leer que Javier Cercas había nacido concretamente en 1962 en Ibahernando, un pequeño municipio que, efectivamente, estaba a solo unos minutos en coche de Trujillo. Una pequeña sorpresa que, lógicamente, había que aprovechar.

Realmente se trata de un lugar muy singular. Típico pueblo extremeño, de no más de 550 habitantes, con algunos puntos de interés en su centro histórico. Si tenéis algo de tiempo podéis desviaros desde Trujillo. A mí me llevó la curiosidad de conocer el lugar de nacimiento de Javier Cercas, pero merece la pena.

Paseando por su casco viejo encontramos la Iglesia Parroquial de la Degollación de San Juan Bautista. Pocos templos me he encontrado en España con este nombre (creo que hay otro igual en el pueblo alavés de Arraia Maeztu), de ahí que a su historia haya que añadirle este carácter original.

Fue construida en los siglos XV y XVI sobre una antigua iglesia románica. Tiene algunos elementos de gran interés, como por ejemplo el púlpito del siglo XVI, la pila bautismal que data del XIII, la talla de San José con el niño del XVI y el lienzo que representa la degollación de San Juan Bautista, pintado en el siglo XVIII.

De la misma época es la Ermita de la Virgen de la Jara, situada en el camino rural que va hacia Santa Ana. Esta sin embargo fue reconstruida en los siglos XVIII y XIX, y de aquellos siglos es su aspecto actual. Alberga a la patrona del pueblo y, a primeros de mayo, se organiza una romería en su honor.

Ibahernando no tiene realmente mucho más que ofrecer al turista. Sin embargo su apacible ambiente y su cercanía hacen de él un lugar muy agradable. Un destino en el que, por cierto, acabé mi novela de Soldados de Salamina. No podía dejar escapar la oportunidad de rendirle así honores a su autor.

Foto Vía Red Turismo

 

 

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