El Castillo de San Miguel en Almuñécar

Castillo de San Miguel

Creo que ya os hemos comentado en más de una ocasión que Almuñécar es uno de los principales destinos turísticos de la provincia de Granada. Situado en la Costa Tropical, a unos 80 kilómetros al sur de la capital granadina, con la llegada del verano se convierte en un hervidero de turistas que vienen a disfrutar de sus playas y su ambiente.

Sin embargo creo que si tenéis reservados vuestros hoteles en Granada y venís a Almuñécar, os sorprenderá que esta ciudad no ofrece exclusivamente un turismo de playa, sino que cuenta con grandes monumentos en su patrimonio. Entre ellos nuestro protagonista de hoy, el Castillo de San Miguel.

Ya al divisar su ubicación imaginamos que se trata de uno de los mejores miradores de Almuñécar. Su origen hay que buscarlo en la época romana, aunque su aspecto actual corresponde a las sucesivas restauraciones y ampliaciones llevadas a cabo a lo largo de los siglos. Fundamentalmente fue una fortaleza árabe, conquistada por los Reyes Católicos a finales de 1489, quienes le otorgaron el nombre del patrón de la ciudad.

Cuentan los escritos encontrados que hacen referencia a él que en sus cárceles y mazmorras estuvieron encerrados algunos de los sultanes destronados durante la Reconquista cristiana. Actualmente lo más interesante que podemos resaltar es que se está adecentando y rehabilitando para convertirse próximamente en un museo, que contará incluso con itinerario guiado.

Lo más destacado de este castillo es su Torre del Homenaje, el Pabellón Militar, una cárcel de hasta siete de metros de profundidad excavada en la roca y el Baluarte de Artillería. Se accede al recinto a través de la fachada norte, desde la que pueden verse cuatro torreones circulares. Un pequeño puente nos marca la puerta de entrada.

A lo largo de los siglos ha tenido diferentes funciones, siendo incluso utilizado como cuartel por los franceses durante la Guerra de la Independencia. Precisamente por este motivo fue bombardeado por la Armada inglesa, quedando seriamente dañado.

Afortunadamente hoy, con los trabajos que se le están realizando para convertirlo en museo, podremos verlo pronto en su máximo esplendor. La próxima vez que paséis por Almuñécar a buen seguro que le haréis una visita guiada.

Foto Vía El Viajero El País

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