Cadaqués, paseando por Girona

Va cayendo el sol lentamente sobre Cadaqués. No sé si será este el lugar en el que el astro rey más se engalane para disfrutar de los atardeceres. Lo que está claro es que siempre me apetece despedirlo bajo el amparo de la pequeña silueta de Cadaqués. Su pequeña orilla de casas blancas comienza a oscurecerse poco a poco.

Hoy Cadaqués no es aquel pueblo de pescadores que se vislumbra en las fotos en blanco y negro de cualquier taberna del pueblo. Artistas como Dalí, Picasso, Chagall, Man Ray, García Lorca o Luis Buñuel, entre muchos otros, le han dado una vida cultural y turística que bien merecía.

A Cadaqués se puede llegar fácilmente desde el Aeropuerto de Girona, o bien si tenéis reservados vuestros vuelos Barcelona. Este pueblo catalán nos sumerge en el mundo onírico y surrealista de Salvador Dalí, quien pasó aquí su infancia, y más tarde se vino a vivir cerca, a Port Lligat.

Su paisaje mediterráneo invita para una pequeña escapada en cualquier momento del año. Quizás a excepción del verano, Cadaqués es un rincón tranquilo, plácido, uno de esos oasis de blancura en los que pasear y disfrutar de paisajes mágicos y envolventes. Aunque, claro, en verano se abre para todo aquel que venga en plan turismo de playa y diversión.

Yo prefiero pasear por su centro histórico. Calles pequeñas y empedradas, casas encaladas y balcones con buganvillas de colores. La gente te saluda, te da los buenos días, las tiendas abren sus puertas, y a través de algunas de ellas podemos oler el sabor de alguno de los guisos.

Yo también prefiero la tranquilidad de un paseo por la costa agreste del Cap de Creus. Las vistas impresionantes del color verde y azulado del Mar Mediterráneo, los suaves atardeceres anaranjados, los colores y las sombras, como un juego al escondite entre el sol y el mar, que siempre acaba en un abrazo…

Pero Cadaqués es una mezcla extraña y curiosa. Donde uno vió tranquilidad durante el día, también observa animación por la noche. Cuando el tiempo lo permite, a orillas del mar hay muy buenos locales para tomar una copa, para cenar, para respirar Cadaqués.

Cadaqués siempre me produce una sensación mágica, y no sólo por el hecho de haber sido una de las musas del gran Dalí. El pueblo por sí mismo, sin necesidad de grandes artistas, es capaz de erigir una obra de arte en el sentir de cada cual. Merece la pena…

Foto Vía L’Obs Radio

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