En el siglo XV, Astorga era parada imprescindible para aquellos que se aventuraban tanto por la Ruta de la Plata como por el Camino de Santiago. Curiosamente, Astorga también fue uno de los grandes centros productores de chocolate en el siglo XVII. No en vano, aún existían hasta 49 fábricas de chocolate en el siglo XX. Hoy en día, tan sólo las pastelerías de las callejuelas de la ciudad conservan ese olor tan exquisito.
Astorga se siente orgullosa en ser una de las ciudades más antiguas de Castilla y León. Aún alberga el recuerdo de muchos siglos de historia, recuerdos que parecen susurrar detrás de sus paredes. Quién puede dejar la vista atrás sin contemplar la monumental estampa del Palacio Episcopal de Astorga, esa genial obra, e incluso extraña, del insigne Gaudí, en la cima de la ciudad.
Este palacio se encuentra en una antigua sección de la antigua muralla romana de Astorga. Las torres, la entrada principal, y el detallo de la decoración de la piedra nos recuerdan al mejor Gaudí. Hoy en día alberga el Museo de los Caminos, que exhibe la interpretación histórica y contemporánea de la peregrinación a Santiago de Compostela.
Del arte del Palacio Episcopal, nos vamos a la curiosidad del Museo del Chocolate. Este museo relata la historia del chocolate, tan querida por los habitantes de Astorga, dado el pasado chocolatero de la ciudad. De allí iríamos hasta el Museo Romano, en la Plaza de San Bartolomé, que si lo visitamos junto al Museo del Chocolate, nos hacen descuento en la entrada, y nos cuesta las dos visitas sólo tres euros.
Después de conocer el pasado romano de Astorga, podemos pasear por el centro histórico, saboreando el aroma antiguo de sus callejuelas, deteniéndonos a contemplas sus plazas tradicionales, o divisar el cerco que aún forman las antiguas murallas romanas, y tener unas panorámicas de los alrededores.
No sé a vosotros, pero a mí pasear me da hambre. En Astorga no hay excusa, con sus callejuelas llenas de tiendas y pastelerías, donde probar su antiguo chocolate, privilegio de esta ciudad. Si queréis comer algo con mayor sustento, acercaros hasta los alrededores de la Plaza Mayor, por ejemplo al Restaurante Ruta Romana, o la Cervecería Imperial.
Y es que Astorga es una de esas ciudades que, nada más verla, sabes que encierra una historia señorial, llena de leyendas y misterios. Pasear por Astorga, y ya me contaréis…
Foto Vía Javier 1949