No podemos separar la figura del artista César Manrique de la isla de Lanzarote, ni viceversa. Manrique dio forma artística al paisaje volcánico de Lanzarote, además de salvar la isla de los rascascielos. Su arquitectura de color blanco sube las laderas de la isla en un ritmo emocionante. Si reserváis vuestros vuelos low cost a Lanzarote os encontraréis con muchas de estas obras del artista.
Después de conseguir fama en Madrid, César Manrique se trasladó a Nueva York en 1963, exponiendo en la Galería Catherine Viviano. Una vez allí se hizo amigo de varios artistas americanos, como Jackson Pollock y Andy Warhol, estudiando las influencias de Matisse y Picasso.
Regresó a Lanzarote en 1968 y puso su extraordinario talento y pasión al servicio del nuevo turismo de la isla. Decidió que Lanzarote no sería un lugar como otros, en el que el boom del turismo había llegado con hoteles rascacielos. El artista trabajó en los pueblos blancos de las montañas de la isla, utilizando su genio y su arte para crear emocionantes edificios y esculturas.