Un paseo a la Puerta de Alcalá

Madrid cuenta con diversos atractivos turísticos que hacen de la ciudad un destino imprescindible para los turistas del mundo. Se trata de una urbe cosmopolita, sede del Gobierno del Estado y del Parlamento Español y residencia habitual de los monarcas y en donde el río Manzanares es fiel testigo de su pasado romano, musulmán y cristiano.

Y es que lo viejo y lo nuevo contrasta vívidamente en Madrid, donde sus estrechas calles adoquinadas acogen hoteles baratos entre capillas del siglo 17 , boulevares y rascacielos brillantes. Tal es la diversidad de Madrid moderno, donde Ud. puede disfrutar de las corridas de toros en la tarde, ir de compras por La Plaza Mayor hasta divertirse en un club por la calle Gran Vía.

Pero eso no es todo. Madrid cuenta con una inmejorable infraestructura hotelera con todos los servicios garantizados según la categoría a la que pertenece. Es por ello que los visitantes pueden encontrar hoteles baratos en Madrid cerca a la Puerta del Sol y Gran Vía, que es una ubicación ideal para recorrer las zona turística de la ciudad.

Y cuando las temperaturas aumentan, se recomienda un paseo al Parque del Retiro, con 350 hectáreas de árboles, jardines, estanques de peces y hasta un lago. Allí podrá descansar y tomar aliento para visitar uno de los lugares símbolos de Madrid : la Puerta de Alcalá.

Esta majestuosa estructura fue mandada construir por el rey Carlos III, localizada en la Plaza de la Independencia y junto a la Puerta de España, que es la entrada principal a los jardines del Retiro. Cabe anotar que la Puerta recibe su nombre por encontrarse en el camino que conducía a la Ciudad de Alcalá de Henares.

Las crónicas históricas relatan que antiguamente existía otra Puerta de Alcalá, construida en ladrillo y se ubicaba algo más al oeste, a la altura de la actual calle de Alfonso XI. Había sido edificado en 1599 con motivo de la llegada de Margarita de Austria, quien fue esposa del rey Felipe III.

La puerta tenía un arco central y dos laterales más pequeño en donde estaban colocados las estatuas de San Pedro Nolasco y de la beata Mariana de Jesús. Pero fue derribada en 1764 al ampliarse la calle de Alcalá hasta que Carlos III decidió construir una nueva dentro de sus planes de mejora de la ciudad.

Entonces, esta nueva estructura se convirtió en la entrada principal de la villa y en uno de los monumentos más representativos de su reinado. La actual Puerta de Alcalá es de un estilo neoclásico, de setenta pies de altura siendo inaugurado en 1778.

Impresiona su fachada exterior con sus diez columnas de granito adosadas las que se apoyan sobre un zócalo. Mientras que en la fachada interior, sobre los arcos laterales destacan las estatuas de las cuatro virtudes cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza que fueron tallados en piedra caliza y con un estilo más barroco que contrasta con el estilo neoclásico de la puerta.

Foto Vía commos.wikimedia

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