Trujillo, la ciudad de los exploradores

Trujillo

Hoy visitamos la ciudad amurallada de Trujillo, que se encuentra en una colina con vistas al campo de los alrededores, entre los ríos Tajo y Guadiana. Trujillo tiene una amplia y variada historia, visible en sus edificios y los restos encontrados en toda la ciudad. Con una historia que se remonta a más de 600 años antes de Cristo, hay mucho que ver y hacer.

A la hora de llegar a Trujillo, lo mejor es aparcar justo antes del centro histórico, ya que dentro el aparcamiento es imposible. Comenzamos nuestra visita histórica a Trujillo por la Plaza Mayor, que tiene una estatua de Francisco Pizarro en el centro. En ella veremos la Iglesia de San Mártín, donde veremos varias tumbas de algunos nobles, y merece una visita junto con el Palacio de la Conquista y el Palacio de los Duques de San Carlos.

Romanos, visigodos y musulmanes se habían asentado en la ciudad antes de la reconquista de 1232. Uno de los grandes atractivos de Trujillo es su castillo del siglo X, construido por los árabes sobre un antiguo asentamiento romano. El castillo se halla en la parte alta de la ciudad, con unas espectaculares vistas.

A pesar de su rica historia, no fue hasta el Descubrimiento de América y la expansión del imperio español cuando Trujillo se hizo célebre. Su hijo más famoso fue Francisco Pizarro, uno de los grandes exploradores, el hombre que conquistó Perú y fundó Lima. Sin embargo, no es ul único hijo famoso de la ciudad, sino que por todo Trujillo veréis dedicatorias a Francisco Orellana, descubridor del Amazonas, y García Paredes, que fundó la ciudad venezolana de Trujillo.

Otra de las visitas interesantes en Trujillo es la Plaza de Toros, que además de corridas, acoge conciertos y otros eventos. También debéis acercaros al convento carmelita, que ofrece una deliciosa selección de bizcochos y galletas, y el Museo del Traje. El Parador de Trujillo es un buen lugar para alojarnos en Trujillo. Se trata de un convento del siglo XVIII. Otra alternativa interesante para alojarnos es la Posada Dos Orillas.

Cuando se trata de comer en Trujillo, hay muy buenos restaurantes, a preciosa razonables, como por ejemplo el Dos Orillas, con platos de carne de cordero, y todo ello regado con vinos tintos locales. En la Plaza Mayor tenemos el Restaurante Pizarro, una buena opción para platos tradicionales. Un bar muy interesante es la Abadía, que ofrece maravillosas vistas del castillo por la noche.

Foto Vía TDW1968

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