Ronda y sus bodegas, ruta del vino en Málaga

Bodegas en Ronda

Siempre oí de pequeño a mi madre decir que Ronda era una de sus ciudades favoritas. No es que mi madre haya sido una sempiterna viajera, pero es de las personas que sabe apreciar los más mínimos detalles de las cosas. No solía hablar de la Ronda del Tajo, ni la de sus iglesias y monumentos, sino de la ciudad de calles blancas y macetas con geranios.

Es el peculiar encanto de un enclave que ha sabido granjearse el cariño de quienes la visitan. Turistas y lugareños suben y bajan las empinadas cuestas de sus callejuelas, o se asoman al mirador que le ha servido durante tantos años de eterna postal. Si tenéis reservados vuestros vuelos baratos a Málaga y queréis hacer una excursión imprescindible, Ronda es vuestro protagonista.

Yo recuerdo hoy la ronda vinícola, la que se abre al rancio aroma de sus bodegas y viñedos. También es verdad que he tenido la suerte de visitarla en muchas ocasiones durante los meses de septiembre y octubre, época en la que acaba de nacer el buen vino y el líquido supremo está en todo su esplendor.

Las bodegas de Ronda producen más de 350.000 botellas de vino al año y cuentan con un total de 160 hectáreas de viñedos. Todas las bodegas de la ciudad y sus alrededores ofrecen a los turistas visitas guiadas, en las que se aprenden los métodos de elaboración de estos vinos, los materiales utilizados y, cómo no, se procede a degustar el preciado tesoro que sale de estas tierras.

La mayoría de estas visitas guiadas tienen una duración de hora y media aproximadamente, y conforman lo que se conoce como la Ruta del Vino en la Sierra de Ronda. Dentro de esta ruta hay bodegas de visita imprescindible, como Las Bodegas La Sangre de Ronda, que cuenta incluso con un Museo del Vino, o las Bodegas Cortijo de los Aguilares.

Si salimos de Ronda y queremos seguir la ruta del vino por toda la provincia de Málaga habría que visitar rincones como Arriate o la propia Málaga capital, en la que destacan las Bodegas Quitapenas, una bodega que hunde sus raíces en las primeras décadas del siglo XIX.

No es precisamente mi madre bebedora de vino, pero sí que sonríe cuando le hago alusión a esa otra Ronda, la de las rutas del vino y sus bodegas. Sigue siendo uno de sus rincones favoritos, y el mío, porqué no decirlo.

Foto Vía Finca Parchite

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