Peñafiel, la fortaleza de la Ribera del Duero

 Peñafiel

En la zona centro-norte española, el río Duero fluye a través de un valle de piedra caliza. Allí echan raíces algunos de los mejores vinos de España, los de la Ribera del Duero, con más de 200 bodegas en la zona. Encaramado sobre un enorme acantilado, encima de la ciudad de Peñafiel, se halla uno de los castillos medievales más impresionantes de la región.

Apenas tiene 210 metros de largo y 35 de ancho, muy parecido a un barco si tuviéramos la posibilidad de verlo desde arriba. Este castillo fue construido en el siglo XI, y ha sido varias veces reconstruido. Precisamente, sus murallas y sus torres fueron reemplazadas en los siglos XIII y XIV, y las que se pueden ver hoy datan del siglo XV. En realidad, si os fijáis bien, tiene una doble muralla defensiva.

Peñafiel tiene algunos restos prehistóricos. Sin embargo, fue durante la Reconquista cuando la ciudad adquirió verdadera grandeza, con la presencia de su espectacular fortaleza. Durante el siglo X, Penna Fidele, como se conocía por aquel entonces la población, fue uno de los bastiones principales contra el Islam, debido sobre todo a su posición fornteriza, separando las tierras musulmanas y las cristianas.

En Peñafiel no sólo podemos visitar este Castillo, sino que también habrá que acercarse al Museo Provincial del Vino, en el propio castillo, o al Museo Arqueológico, para conocer la historia romana de la ciudad. También es parada imprescindible la Casa de la Ribera, un ejemplo típico de arquitectura tradicional castellana. Y cómo no, alguna de las bodegas de los maravillosos vinos de la Ribera del Duero.

Para vuestra estancia en Peñafiel os recomendamos el Hotel Ribera del Duero, un precioso hotel con vistas al castillo, restaurante y bar. Las habitaciones dobles, con aire acondicionado, suelen rondar los 60 euros. También hay casas rurales para alquilar en la zona. En algunos de estos hoteles rurales se puede saborear el buen vino de la región.

Para comer, la mayoría de los restaurantes de Peñafiel cuentan con lo que se conoce como el asador. Pequeños corderos, lechones y aves de corral se condimentan y se colocan en una cazuela de barro con un poco de agua, para ser asados lentamente durante varias horas.

Foto Vía Cecale

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