El Castillo de Santa Águeda en Menorca

Aunque pueda parecer lo contrario, los musulmanes también hicieron acto de aparición por la isla de Menorca. Aún quedan algunos vestigios que pueden dar fe de ello, como por ejemplo el Castillo de San Águeda, que se sitúa en el pueblo de Ferrerías, a unos 17 kilómetros al este de Ciutadella.

Toma su nombre de la colina en la que se halla situado, que precisamente es uno de los puntos más altos de Menorca. Es difícil precisar el año en el que fue construido, aunque muchos apuntan que fue a comienzos del siglo X, cuando la Manurqa musulmana se unió al califato de Córdoba. Hay que tener en cuenta que no se han encontrado referencias escritas de la presencia de este castillo antes de 1232.

Cuando reservéis vuestros vuelos a la isla, esta fortaleza podría ser una visita interesante, sobre todo si sois amantes de los viejos castillos. Hasta él se accede a través de una calzada romana, ya que se supone que el castillo está construido sobre las ruinas de un antiguo castro romano.

No es que se halle en muy buen estado de conservación, pero aún son perfectamente apreciables en su estructura la presencia de las murallas y varias torres de planta circular. Los reyes musulmanes residían en la parte situada más al norte de la fortaleza, hasta que en 1287 fue tomado por los cristianos. Poco tiempo duraría en pie ya que, en 1343, fue destruido por Pedro IV de Aragón.

Su progresivo deterioro fue salvado en parte gracias a que, en 1987, fuera declarado Bien de Interés Cultural. Lo mejor es subir hasta él y contemplar sus ruinas, así como asomarse al Baluarte del Mirador, que se halla a su lado, para disfrutar de una preciosa panorámica del pueblo de Ferreríes y su valle.

Lo curioso de este castillo es que, según cuenta la leyenda del Vedell d’Or, bajo las ruinas de la fortaleza se encuentra un becerro de oro. Nunca sabremos si esta leyenda es cierta o no, pero lo que sí os podemos decir es que merece la pena la visita al castillo, tanto por su ambiente romántico como por el paisaje que lo rodea.

Foto Vía Esacademic

 

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