Benissa, playas y calas en la Costa Blanca

Para pasar el verano hoy se nos ha ocurrido poner la vista en el Levante español. Destinos no nos faltan allí para elegir, por lo que hay que pararse un poco para decidirnos. Para ir abriendo boca una escapada a Benissa no vendría nada mal. Situada a mitad de camino entre Denia y Benidorm, es uno de esos rincones insuperables de la costa mediterránea.

Insuperable porque tanto al sur como al norte tenemos, en un radio de apenas treinta kilómetros, destinos tan turísticos como Denia, Benidorm, Altea, Alfas del Pi o Jávea. Eso quiere decir que playas, lo que se dice playas, no nos van a faltar, así como zonas de ambiente, paraísos naturales y actividades de todo tipo. Tanto si tenéis vuestros hoteles en Denia como en cualquier otra población cercana, Benissa la disfrutaréis muchísimo.

Si concretamente en Benissa, esta población tiene unos cuatro kilómetros de costa. Eso sí, no son playas demasiado abiertas, sino más bien pequeñas calas con acantilados, en las que se suelen ver muchos aficionados al submarinismo. La Playa de la Fustera es posiblemente la mejor para ir en familia, ya que es la cuenta con mayores servicios y una zona para los niños. La Platgeta de l’Advocat es también otro destino familiar interesante.

De las playas se puede pasar a las pequeñas calas con encanto, como la Cala Pinets, la más pequeña de todas y que lleva este nombre porque los pinos prácticamente llegan hasta el mar; la Cala de la Llobella, no muy concurrida e ideal para los amantes del submarinismo; la Cala de Cap Blanc, también poco concurrida y con un enorme acantilado; y la Cala de Baladrar, pequeña cala de grava con pinos y acantilados.

Pero Benissa no solo es turismo de playa. Si os dais una pequeña vuelta por su centro histórico os daréis cuenta. Hermosa la blancura de su iglesia, a la que por aquí conocen como la Catedral de Marina Alta, y que de noche, completamente iluminada, es mucho más bella aún. A su alrededor un laberinto de callejuelas con casas blancas, huertos con árboles frutales y la Lonja de Contratación, el edificio más antiguo de Benissa, que alberga el Museo Etnográfico.

Creo que un lugar así merece la pena para pasar las vacaciones, tanto de invierno como de verano. Pequeñas calas y playas, muy cerca de la montaña y de otros grandes destinos turísticos, y una zona muy animada. Todos estos son los principales atractivos de Benissa.

Foto Vía Vapf

 

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