El Carmen de los Mártires en Granada

Carmen de los Martires

Granada es esa ciudad en la que perderse y sencillamente disfrutar. Son tantos los rincones con encanto, tantas las evocaciones que se pueden tener de ella. Casas nobiliarias, iglesias y palacios, museos, laberinto de callejuelas, un aire místico parece ensombrecer Granada, bajo el velo del sonido taciturno del agua.

Agua que corre y sueña en un lugar tan hermoso como el Carmen de los Mártires, una de las casas con jardines más hermosa de la ciudad, que se sitúa a la derecha de la Alhambra. Las vistas que se tienen precisamente de la fortaleza musulmana, así como de Sierra Nevada y Granada desde la casa son maravillosas. Si reserváis vuestros vuelos low cost a Granada, este lugar debe ser una visita imprescindible.

El Carmen de los Mártires es una joya poco conocida dentro de una ciudad que destaca por su Alhambra y su laberinto de callejuelas. Sin embargo, la serenidad y la calma que se respira en estos jardines es sublime. Jardín de patio amurallado, con pequeños estanques y mosaicos, ricamente decorados con arcos musulmanes.

Visita el Monasterio de Santo Domingo de Silos en Burgos

Monasterio de Silos

Una de las muchas impresiones que me llevé de la visita al Monasterio de Silos es que cuando entras en el recinto te olvidas completamente del siglo en el que vives. El tiempo se ha detenido aquí, parece como congelado entre los muros del monasterio. La mayor parte del recinto fue construido entre los siglos XI y XII.

Si estáis alojados en un hotel Madrid, visitar Santo Domingo de Silos puede ser una perfecta excursión, ya que hay trenes diarios hasta allí o bien se puede alquilar un coche y recorrer los pocos más de doscientos kilómetros hasta el monasterio.

Muchos turistas vienen al Monasterio de Silos atraídos por la fama de los monjes benedictinos y sus discos de canto gregoriano. Los monjes cantan seis veces al día, aunque sólo se puede entrar a la basílica románica del monasterio apenas unos minutos antes de cada servicio religioso. Sentaros en silencio y escuchar a los mones, es toda una delicia mística.