Visita la Catedral de Tarragona

Catedral de Tarragona

Es cierto que hablar de Tarragona es hacerlo de su pasado romano. Aquella magnífica Tarraco nos legó para la posteridad monumentos que, hoy en día, son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sin embargo, hay que hacerle un pequeño hueco también a otros lugares de interés que forman parte de su destacado patrimonio monumental.

A mí de Tarragona, fuera de los monumentos romanos, me dejó impresionado su catedral. Por algo está declarada Monumento Nacional desde 1905. Especialmente llamativa es verla bajo la escalinata que da acceso a la Plaza de la Seu. Vas subiendo poco a poco los escalones y aparece ante ti el majestuoso templo, sobre todo su enorme rosetón. Para disfrutarla hay que situarse en la parte alta de la ciudad, muy cerca del Paseo Arqueológico.

Comenzó a construirse en el siglo XII, aunque no se concluyó hasta dos siglos más tarde, por lo que presenta una interesante mezcla de estilos entre el románico y el gótico. Especialmente este último estilo, algo que se aprecia sobre todo en la fachada que vamos viendo a medida que subimos la escalinata. Además del enorme rosetón está decorada con diferentes esculturas de los siglos XIII y XIV, obras del Maestro Bartolomeu el Normando y Jaume Castails.

Al cruzar el umbral de la puerta nos encontramos con un enorme templo de tres naves y diferentes capillas laterales. Es bastante larga, ya que cuenta con unos cien metros de longitud, y en ella hay que destacar varios rincones que debemos convertirlos como visitas imprescindibles.

Entre ellos hay que citar el coro, con sillería de madera de roble del siglo XV; el órgano del siglo XVI; la Capilla de Sant Miquel del siglo XIV; la Capilla de Santa Tecla, patrona de Tarragona, erigida en el siglo XVIII; la Capilla Mayor, con una tabla del siglo XIII que narra escenas de la vida de Santa Tecla; el claustro, construido en los siglos XII y XIII; la Capilla del Corpus Christi, del XIII; y el Museo Diocesano, con pinturas góticas y renacentistas y tapices flamencos.

Ni que decir tiene que los monumentos romanos de Tarragona han de ser prioritarios en nuestra visita a la ciudad, pero la catedral es otro de los rincones que merece que nos pasemos por ella.

Foto Vía Vallfort

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