La ruta de los castillos en Segovia

Dentro de su gran patrimonio histórico, cultural y arquitectónico, la provincia de Segovia ofrece a sus visitantes la Ruta de los Castillos.

Esta ruta compuesta por tres magníficas construcciones,  que se encuentran en lugares hermosos dominando el paisaje de la meseta segoviana, es uno de los recorridos más frecuentados por los turistas que llegan a la región.

Coca, Cuéllar y Turégano, son los tres castillos que en el pasado sirvieron de barrera fronteriza y defensiva en campo abierto, siendo además,  el núcleo de las poblaciones que se componían en el pasado con estructuras como el mercado para toda la región, los servicios, la administración de justicia y el castillo como barrera de defensa del poblado, una típica estructura de la Edad Media.

Bosques y pinares son el paisaje que rodea estas fortalezas y que los viajeros pueden disfrutar en su viaje desde las villas de Coca, Cuellar y Turégano, visitando los castillos más emblemáticos de Segovia.

Antes de comenzar el recorrido será necesario procurar el alojamiento y eso no será un problema ya que existen una gran variedad de hoteles con encanto en Segovia, que harán de la estadía en esta región un verdadero placer reflejado en el confort y la belleza.

Comencemos entonces por el Castillo de Coca, una magnífica fortaleza de aspecto compacto, con un gran foso de ladrillo que refuerza la posición de la fortaleza. Se trata de una edificación de planta cuadrada compuesta por dos recintos, a pesar de su estilo de arquitectura militar posee también una muestra acabada del arte mudéjar,  elemento que suaviza esta gran estructura con sus infinitos adornos que pueden apreciarse en los cubos y almenas de las paredes.

Este castillo comenzó a edificarse a fines del siglo XV por el arzobispo de Sevilla Alonso de Fonseca cuyo cuerpo descansa en la parroquia del pueblo.

El Castillo de Cuéllar es la próxima fortaleza en la Ruta de los Castillos de Segovia, un conjunto realmente impresionante con dos torres góticas y siete románicas.

Este castillo fue tomado por Enrique IV a su hermanastra Isabel y entregado a su favorito Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque, quien construyó un suntuoso y nuevo palacio en 1476, que fuera luego llevado a remate por sus herederos.

Un patio de armas de gran esplendor que muestra lo mejor del Renacimiento, al igual que su galería. El estilo del castillo es eminentemente gótico y mudéjar, sin embargo sus ventanas son renacentistas.

En el pasado fue utilizado como cárcel y en la actualidad continua perteneciendo a la Casa de Alburquerque que los ha cedido al Ministerio de Educación para ser utilizado como un Instituto de Enseñanza Secundaria. Sine embargo, existe visitas guiadas todos los fines de semana y días festivos

Por último la visita al Castillo de Turégano de gran interés para quienes gustan del turismo religiosos ya que esta fortaleza tiene una gran impronta religiosa, por lo cual se lo denomina el castillo-iglesia.

En sus comienzos era una alcazaba mora y allí se edificó la iglesia románica de San Miguel, añadiéndole en los siglos XV y XVI algunos elementos de tipo militar quedando así el templo dentro de la fortaleza.

Este castillo fue un regalo de la Reina Urraca a la mitra de Segovia y en la actualidad sigue perteneciendo al obispado. Fue reconstruido por el prelado Arias Dávila.

Desafortunadamente hoy esta fortaleza no es utilizada y tampoco se permite visitarla por dentro y solo se lo mantiene por el renombre que le ha dado a Turégano que atrae a los visitantes.

Foto Vía: Turismito

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