Figueres, la joya del norte de Catalunya

FIgueres

El pueblo gerundense de Figueres es conocido sobre todo por el Museo Dalí y sus característicos “huevos”, la atracción turística más importante del municipio. No obstante, Figueres cuenta también con un importante patrimonio monumental del cual nos haremos eco hoy.

Para comenzar, podemos destacar sus viejas murallas medievales y el castillo de San Ferran, además de muchos ejemplos de la arquitectura modernista y neoclásica que podremos ver a lo largo y ancho de la ciudad.

Entre otros atractivos, su propia situación geográfica es una de ellas, el cual nos permite descubrir el gran potencial turístico que nos ofrecen todas las localidades de la Costa Brava. Situado en medio de dos paisajes irreconciliables, por un lado la Cordillera Pirenaica y por otra la Costa Brava, Figueres es una ciudad que nos ofrece grandes y atractivos monumentos a visitar.

A las afueras, como dominando la ciudad podremos encontrar el castillo de Sant Ferran, una fortaleza levantada en el siglo XVIII. Sus impresionantes dimensiones y sus más de tres kilómetros de perímetro lo convierten en una de las fortalezas más grandes de Europa.

Pero vayamos hacia el núcleo urbano. El casco histórico de Figueres queda delimitado por vestigios de su antigua muralla, levantada en la Edad Media con la intención de defender la villa. También se conservan de esta época bellos rincones como la misma plaza del Ayuntamiento, remodelada en estilo neoclásico y cerca del carrer Magre, la antigua judería.

Como en muchas ciudades catalanas, La Rambla es el principal paseo y el eje vertebrador de la ciudad. Animada por carácter, esta vía comercial concentra los más grandes proyectos ambiciosos de los siglos XIX y XX, impulsadas en su gran mayoría por la pujante burguesía local del momento. Entre los edificios modernistas, ejemplo de la época, podemos destacar la Casa Cusí o la Casa Salleras; de la época neoclásica son dignas de mención la Casa Bonaterra o la Casa del Café Progrés.

Pero Figueres también tiene una gran arquitectura religiosa y en este campo hay que destacar la iglesia de Sant Pere, originariamente románico aunque tras la reedificación del siglo XIV acogió el estilo gótico. Otros edificios de interés son la capilla de Sant Sebastià de origen medieval y el convento de los Capuchinos, edificado en el siglo XVIII.

Foto Vía: almogaver

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