Ferreries, en el corazón de Menorca

Ferreries

Cuenta la tradición que el primer habitante que llegó hasta este lugar era un herrero que se encargaba de atender y ayudar a los que transitaban por el interior de la isla de Menorca. De ahí surge el nombre de Ferreries para denominar a la localidad situada a mayor altura en la isla.

Tampoco os creáis que estamos ante una altura considerable, ya que Ferreries apenas se sitúa 140 metros sobre el nivel del mar. Situada en el corazón de Menorca, a mitad de camino entre Ciutadella y Mahón, es uno de esos enclaves ideales para conocer el turismo rural que se puede hacer durante nuestras vacaciones Menorca.

Su principal monumento es sin duda el Castillo de Santa Águeda, construido por los musulmanes allá por el siglo X. No se rindió la fortaleza a la reconquista cristiana hasta finales del siglo XIII, y ya más adelante Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso, mandó construir una ermita a Santa Águeda, dando nombre así al castillo. Es el testimonio más destacado de la presencia de los musulmanes en la isla.

En Ferreries tenemos que visitar otros monumentos de interés, como la Parroquia de San Bartolomé, erigida en la parte más alta del pueblo en el siglo XVIII. Desde aquí visitamos también el Museo de la Naturaleza de Menorca, un espacio moderno y cultural en el que descubrir el paisaje de la isla y en el que concienciarnos para cuidar del medio ambiente.

Desde Ferreries, y además del Castillo de Santa Águeda, se pueden realizar algunas excursiones. Entre ellas la que nos lleva hasta las playas de Ets Alocs y Cala Pilar, o la que nos sitúa en la Finca de Binisués, un caserío reformado que hoy cuesta unos diez millones de euros.

Una recomendación gastronómica: si venís a Ferreries no podéis marcharos sin probar su queso. Os aconsejo la visita a la finca-museo de S’Hort de Sant Patrici, en la que se viene elaborando quesos desde el siglo V. En cualquier pequeño bar o restaurante de la zona también encontraréis tapas y platos de queso.

Ferreries es una excursión perfecta al corazón de la isla menorquina. Merece la pena acercarse hasta aquí y disfrutar de un paisaje diferente al que nos acostumbran a vender de Menorca.

Foto Vía Eduard Vives

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