El Monasterio de los Jerónimos en Córdoba

Monasterio de San Jeronimo

Se habla últimamente en Córdoba de la posibilidad de que el Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, construido en el siglo XV, se pueda convertir próximamente en Parador Nacional de Turismo. Abandonado desde 1835 a consecuencia de la Desamortización de Mendizábal, fue adquirido en 1911 por el Marqués del Mérito, quien llevó a cabo en él diferentes procesos de restauración.

Para conocerlo un poco más reservamos nuestros hoteles en Córdoba y allá que nos fuimos para disfrutar tanto de la ciudad como de este enclave que, tengo que reconocer, no había visitado nunca. El conjunto se encuentra integrado en Medina Azahara, vieja ciudad árabe situada a 8 kilómetros de Córdoba, erigida a mediados del siglo X.

Rodeado de un denso bosque, el monasterio fue fundado en el siglo XV y está considerado el primer edificio gótico construido en la ciudad cordobesa. Desde 1980 está declarado Bien de Interés Cultural y, según cuentan las leyendas, la piedra que se utilizó para su construcción provenía de las ruinas de la propia Medina Azahara.

Sea cierto o no, lo que sí os tengo que decir es que a mí este monasterio me impresionó sobremanera. No solo por su conjunto y su belleza arquitectónica, sino por la calma y la tranquilidad que destila su entorno. Tengo que avisaros, eso sí, que el monasterio hoy es de propiedad privada, por lo que el acceso a ciertas dependencias está prohibido.

Afortunadamente la restauración llevada a cabo por los Marqueses de Mérito a principios del siglo XX nos ha permitido encontrarnos hoy con un edificio magnífico. La mezcla con la naturaleza reinante es magnífica y, si como aseguran, llega a convertirse en Parador Nacional de Turismo será un lugar magnífico para una escapada romántica a las afueras de Córdoba.

Solo hace falta acceder al interior de la iglesia para darnos cuenta el estado ruinoso en el que se debieron de encontrar la construcción los marqueses del  Mérito cuando llegaron por aquí. La visita debe llevarnos también al claustro, un espacio silencioso y místico, que comunica con la Sala Capitular y el Patio de los Novicios.

La visita es cuanto menos muy placentera. La belleza de todo el conjunto invitan a la calma y el sosiego. Este monasterio, como os digo, quedaría estupendo como alojamiento.

Foto Vía Ateneo de Córdoba

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