El Barrio de Santa Cruz en Sevilla

Barrio de Santa Cruz

No hay nada que me haga disfrutar tanto como un evocador paseo por el Barrio de Santa Cruz en Sevilla. Para los que gusten de callejas antiguas, arquitectura popular y casas andaluzas con sus patios de macetas y geranios, esta zona es la mejor de Sevilla. El encanto y la belleza sublime de este rincón sevillano son difíciles de inmortalizar con palabras. Haremos lo que podamos…

Si tenéis reservados vuestros vuelos baratos a Sevilla no os dejéis en el olvido la genialidad de este barrio. Peculiar y distinto, con sus callejuelas de nombres tan concisos como evocadores: calles de la Vida, la Gloria, la Pimienta, el Agua…, calles en donde las referencias literarias son múltiples y en donde parece que en cualquier momento nos va a saltar la sorpresa.

Desembocan todas estas callejuelas en una serie de plazas recoletas en donde el tiempo se detiene al ritmo del sonido del agua que emana de sus fuentes. Sentaros un instante en la Plaza de Doña Elvira, tal vez la más hermosa del Barrio de Santa Cruz. Allí veréis el célebre Hospital de los Venerables, un antiguo edificio de 1675 donde residían viejos sacerdotes.

Para muchos es tal vez más hermosa la Plaza de Santa Cruz, no por ello vamos a discutirlo porque razón no les faltaría. En esta plaza se encontraba la antigua mezquita, y hoy vemos en su centro una gran cruz de hierro forjado, que da nombre a la plaza y al barrio.

Por aquí cerca tenemos la Casa de Murillo o el Convento de San José, fundado por Santa Teresa de Jesús en 1570. Preciosa a su vez es la Iglesia de Santa Cruz, de los siglos XVII y XVIII, y un poco más al sur, callejeando entre maravillas de piedra y patios de sombras y geranios, la Iglesia de Santa María la Blanca, una antigua sinagoga.

Dejaros embaucar por el sonido del agua y el recuerdo vivo de un pasado esplendoroso. Barrio de Santa Cruz de naranjos y azahares en primavera, de sombras y silencio en invierno, barrio de calles y callejuelas, arcos musulmanes y callejones que dan a la muralla y al tiempo detenido. Marcharse de Sevilla sin haber callejeado por Santa Cruz es como si no quisiéramos viajar en el tiempo.

Foto Vía José Mazcona

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