Calviá, centro del ocio y el verano en Mallorca

Calvia

A Calviá se la conoce especialmente por ser uno de los grandes escaparates del turismo en la isla de Mallorca. Situada apenas 20 kilómetros al oeste de Palma, es imposible aburrirse en esta ciudad volcada por completo hacia el ocio. En verano suele estar llena de turistas, de ahí que, si no sois muy amantes del bullicio, es mejor visitarla en otro momento.

Restaurantes, bares, discotecas, campos de golf, pistas de tenis, clubes náuticos… El verano en Calviá es sinónimo de diversión. Cada año no dejan de proliferar nuevas urbanizaciones, apartamentos, casas rurales, hoteles, etc… De ahí que si desean pasar sus vacaciones Mallorca, hay que reservar con tiempo, que Calviá pronto se llena. Tanto es así que, en el año 2009, llegó a ser el cuarto municipio de España en cuanto a pernoctaciones.

Sin embargo pocos son los que conocen el pasado histórico de esta población. Fue precisamente en sus costas, allá por el siglo XIII, donde comenzó la reconquista de la isla mallorquina por parte de los cristianos, encabezados por el rey Jaime I de Aragón. De ahí que entre el enjambre de chalets y urbanizaciones de lujo haya que destacar algunos de sus monumentos.

De entre su patrimonio se alza la Iglesia de San Juan Bautista, que data de finales del siglo XIX. Fue construida sobre los restos del antiguo templo, construido a mediados del siglo XIII. Hay otras dos pequeñas iglesias más en Calviá, la Ermita de la Piedra Sagrada, que debe su nombre a la piedra en la que Jaime I colocó el altar para oficiar una misa antes de entrar en la isla (piedra que se conserva en la ermita) y la Ermita de Portals Nous.

En el centro de Calviá sería interesante detenerse en alguna de sus tabernas a degustar lo mejor de la cocina tradicional del municipio. Entre los platos típicos encontramos los caracoles con alioli, los fideos con carne de cerdo o cordero y el pescado en escabeche. Tras la comida nada mejor que un postre con pan de higo.

Alrededor de Calviá no faltan tampoco numerosos atractivos históricos que le dan una singularidad especial al entorno. Resulta curioso comprobar como los viejos molinos de viento y los restos de antiguas torres de vigilancia se mezclan en la espesura verde con los chalets y urbanizaciones. Por algo es Calviá es diferente, un lugar en el que disfrutar plenamente.

Foto Vía Mallorca Quality

 

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