San Vicente Mártir fue un clérigo español, diácono de San Valero de Zaragoza, capturado y torturado por el emperador Diocleciano durante las persecuciones contra los cristianos en Hispania a comienzos del siglo IV. La reliquia de uno de sus brazos se venera en la actualidad en una capilla de la Catedral de Valencia, ciudad en la que fue martirizado y enterrado.
Precisamente en su honor y para que los peregrinos pudieran seguir una ruta hasta Valencia para visitar sus reliquias se creó el Camino de San Vicente Mártir. Un trayecto que une las ciudades de Huesca y Valencia, ambas separadas por 385 kilómetros, y que discurre también por las provincias de Zaragoza, Teruel y Castellón.
En realidad la ruta tiene 650 kilómetros y su trazado sigue la calzada romana Laminium en la zona aragonesa y la Vía Augusta en territorio valenciano. Este camino, un trazado histórico del siglo IV, nos evoca los lugares por los que vivió y pasó el santo durante su martirio.