De Melide recuerdo muchas cosas. Entre ellas su queso de tetilla o el de nabiza, muy cremoso, además del sonido casi constante de sus gaitas. Pero además de sus quesos y su repostería, este pueblo de la provincia de A Coruña cuenta con otros atractivos que merecen la pena ser conocidos.
Para aquellos que hayan realizado el Camino de Santiago, Melide supone una de las etapas del mismo. Hay algunos de sus contornos que ya son citados en el famoso Códice Calixtino, como por ejemplo el Puente de Furelos, construido en la época medieval.
Para unas vacaciones baratas y relajadas, Melide y sus alrededores conforman un espacio natural único. Pequeñas iglesias, como la Capilla de San Roque, la de Santa María de Melide o la de San Pedro, puentes medievales, cruceros del siglo XIV (posiblemente el más antiguo de Galicia), etc…