Recuerdo como si fuera ayer los dos años que pasé estudiando en Madrid. Años en los que tuve tiempo de disfrutar de una ciudad llena de vida, arte y cultura. Raro era el día en el que no teníamos la oportunidad de poder asistir a algún evento, concierto, exposición…
Pero además de todo ello, hay que añadirle la vida nocturna de la ciudad, los monumentos, calles y plazas para dar paseos y, cómo no, sus parques y jardines, rincones de solaz en los que muchas veces nos hemos visto después de toda una mañana de estudio o un fin de semana ajetreado. Los que estáis de cursos y masters en Madrid, o como universitarios, seguro que me entendéis.
Al vivir en el Paseo de Extremadura a mí me quedaba bastante cerca la Casa de Campo, uno de los grandes pulmones verdes de la ciudad. Con sus más de 1.700 hectáreas, es el parque urbano más grande de España, por lo que resulta ideal para ir a desconectar un poco. Pasear, hacer ejercicio, visitar el Parque de Atracciones, el Zoológico, subir al teleférico, e incluso hasta hacer algo de deporte acuático en el lago.