Cuando uno planea unas vacaciones en Cantabria, como las mías de este año, resulta todo un placer leer que tiene más de 280 kilómetros de costa. Como aún no he mirado alojamiento, pienso que lo mejor será alquilar un coche e ir descubriendo la carretera de la costa de esta franja cantábrica. Mar impetuoso, acantilados y playas, pueblos pintorescos y una naturaleza exhuberante. Difícil poder pedir más, ¿no?.
Ya tengo reservados mis vuelos baratos, y ahora solo queda ir perfilando los detalles del viaje y lo que queremos ver. Porque en esos más de 280 kilómetros hay catalogadas oficialmente más de setenta playas. Rincones inolvidables para tumbarse al sol, pasear, descansar del estrés, darse un chapuzón, hacer surf o uno de mis deportes favoritos: contemplar desde la terraza, con una buena cerveza, todo mi alrededor.
La ruta de la costa cántabra puede iniciarse en Tina la Mayor, junto a la frontera asturiana, a muy pocos kilómetros de San Vicente de la Barquera. Aquello dicen que es el reino de los amantes del surf. San Vicente de la Barquera es un pueblo realmente precioso. Sus alrededores cuenta con playas que tengo ganas de conocer, como la de Tostadero, Fuentes, Merón y, un poco más allá, la de Oyambre.