Curiosamente Lérida es la única de las cuatro provincias que conforman Catalunya que no tiene línea de costa. Realmente, con la gran cantidad de atractivos que tiene, no creo que le haga falta. La ciudad ilerdense, cuyo nombre proviene de la tribu íbera ilergete que la fundó, permaneció casi cinco siglos en poder de los musulmanes.
Muchos de los vestigios que encontraréis en ella proceden de aquella época, o de los siglos posteriores a la reconquista. Si tenéis pensado llegar a Lérida con vuestros vuelos baratos, disfrutaréis de un centro histórico realmente interesante. Del corazón del mismo emerge el edificio de la Seu Vella, la catedral vieja, para mi gusto una de las iglesias más bonitas que se pueden encontrar en toda Catalunya, símbolo de la ciudad.
Domina la ciudad desde la colina en la que se asienta, y fue construida a finales del siglo XIII. A su alrededor hay una espesa zona ajardinada, con jardines y vestigios de murallas del siglo XVIII, y especialmente un claustro precioso, erigido en el siglo XIV. Lo más llamativo es que, a diferencia de otras iglesias, el claustro se halla delante de la iglesia, posiblemente por la falta de espacio en la colina para colocarlo dentro del templo.