Qué maravilla es poder estar en Tenerife tanto en invierno como en verano sin importarnos la época del año en la que estemos. La isla que alberga el punto más alto de España, ese precioso cono nevado que es el Teide, y que se levanta sobre un maravilloso paisaje de colores, formaciones rocosas y tierra volcánica.
Viajar a Tenerife y no visitar el Parque Nacional de las Cañadas del Teide es un delito turístico de primer nivel. Envuelto en rutas de senderismo, es un placer caminar por aquí con la vista puesta en el horizonte.
Pero queremos que sepáis que Tenerife no sólo es el Teide y sus playas, aunque hayamos leído en alguna ocasión que las playas de la isla no son las mejores de Canarias. Por ejemplo, tenemos que acercarnos a la costa norte para visitar Icod de los Vinos y su enorme árbol, el Drago Milenario. Este drago se ve majestuoso desde la Iglesia de San Marcos, templo que también debemos conocer, sobre todo su riquísimo interior, decorado con el oro traído de las Américas en el siglo XVII.