Esta época en la que estamos ahora, otoño e invierno, es la mejor para visitar Córdoba. Sí, porque en verano, por ejemplo, las temperaturas llegan en ocasiones a sobrepasar los 40 grados, y resulta imposible disfrutar una ciudad con tanto encanto. Además, el ambiente será más relajado, menos turistas en las calles y en los museos, los edificios, los bares, etc…
Córdoba era la capital cultural, política e intelectual del imperio islámico en España. Calles, patios y plazas así lo atestiguan. Todo este sueño atrapado en el tiempo lo podéis vivir en el barrio de la judería, el barrio judío original, corazón del centro histórico de la ciudad. Este laberinto de callejuelas serpenteantes tiene un aire casi triste cuando está vacío por la noche. Durante el día, sin embargo, sus tiendas y bares son un bullicio constante.
Nada más levantarnos, tenemos que dirigir nuestras miradas hacia la Mezquita de Córdoba, la tercera más grande del mundo. Se tardó hasta dos siglos en construirse, y toda ella domina la Judería. Se trata de una hazaña monumental de la arquitectura, que alberga incluso una catedral renacentista entre sus muros. El contraste de estilos bajo un mismo techo resulta sorprendente.