El Museo Dalí en Figueras

 Museo Dali

Uno de los placeres que tiene viajar por nuestra cuenta es que a veces tenemos la oportunidad de encontrarnos con algo maravilloso e inesperado. En cierta ocasión, estuve de excursión al sur de los Pirineos. Decidimos entrar en Francia por la zona de Portbou. Pero, antes de ello, quisimos detenernos en Figueras para comer. Cuando caí en la cuenta, allí estaba… el Museo Dalí.

Lo reconocí por las fotografías, pero nada tiene que ver con la realidad. Desde el exterior ya nos da una idea de la visión surrealista del genial artista. En la parte delantera del techo hay unos huevos gigantes. Tomamos un café y un bocadillo en un restaurante cercano, y nos acercamos al museo. Había bastante gente, a pesar de ser otoño. Nos dijeron que en verano sí que había que hacer cola.

Me encanta la pintura, y, desde mi visita al Museo Dalí, mucho más. Relojes casi derretidos, elefantes con las piernas muy delgadas, hormigas caminando por todo el lugar, muletas apuntalando todas las cosas. La imaginación de Dalí desborda a todos los turistas que se acercan a este museo.